04 Ene

¿Sincero o sincericida?

La sinceridad es algo que casi todos valoramos en las personas que nos rodean. Decimos y/o escuchamos continuamente frases como “yo lo que más valoro de una amistad es la confianza y la sinceridad”, o “me contaron lo que iba diciendo de mí, es una falsa”, por poner un ejemplo.

Pero ¿qué es la sinceridad? ¿Cómo tiene que ser o actuar una persona para ser considerada “sincera” hoy en día?

Actualmente la sociedad considera sincera a una persona que dice todo lo que piensa, sin filtros, sin morderse la lengua, sea para bien o para mal. Sin pensar en las consecuencias. Sin pensar en el que recibe esas palabras. Estas personas, además, se distinguen porque de vez en cuando acompañan toda la retahíla de su discurso con un broche dorado en forma de frase:

«Te lo digo por tu bien»

(¡Oh! ¿Sí? ¿Me lo dices por mi bien? Qué curioso, porque ahora estoy hecha una m****a y antes de que me dijeras nada, ¡no!)

La persona que recibe toda esa “sinceridad” muchas veces queda «hecha polvo», con el ánimo por los suelos y totalmente desmotivada. Pero eso no es lo peor de todo: para colmo, hay que agradecerle a ese amigo, familiar o conocido “sincero” sus palabras, ya que te las dice con la mejor intención del mundo, por tu bien…

Hoy en día, afortunadamente, cada vez más se está haciendo hincapié en la diferencia entre sinceridad y sincericidio, entre ser sincero y ser sincericida. Es importante que todos interioricemos esta distinción, que reflexionemos sobre ella.

Sincericidio es expresar tu opinión sobre algo libremente, sin tapujos, a menudo sin que te pidan realmente tu opinión, y sobre todo sin tener en cuenta la reacción que provocarán tus palabras en la persona que las recibe.

Sinceridad es no decir algo que no piensas o sientes, es no mentir, es expresar tu opinión cuando te la piden, pero teniendo en cuenta a la persona que tienes enfrente, sus sentimientos y su posible reacción.

El problema está en que mucha gente considera que ser sincero es ser sincericida, y todo lo que se distancie de eso es ser una persona falsa.

Subestimamos el poder y el valor de las palabras. A menudo escupimos palabras sin pensar, sin reflexionar en la repercusión que estas pueden tener en los demás. Por tanto, para mí una persona que se acerca a otra y le dice “pues sí que has engordado desde que nos vimos la última vez, ¿eh?”, es un sincericida. La conocida del pueblo que le dice a una madre que camina con su hijo “vaya cómo tiene la cara tu hijo, ¡cuántos granos!” es una sincericida. El abuelo que le dice a una de sus nietas “deberías estudiar más para sacar las notas que sacan tus primos” es un sincericida. Personalmente, me ofende que a estas personas se las llame “sinceras” y encima se les tenga que dar las gracias.

Las cosas se pueden decir de muchas maneras, y no sólo a bocajarro. Hay cosas que tienen que ser dichas, sí, por el bien de un amigo, un hijo, un padre, un hermano… Pero pueden ser dichas con cuidado, tratando de no dañar al otro, siendo empático, hablando con cariño.

Y, por otro lado, hay cosas que no merecen la pena ser dichas. No es insincero quedárselas para uno mismo, si tu intuición o tu cabeza te dicen que esas palabras no van a ningún lado. Tampoco es egoísta reservarte algunas opiniones para ti: egoísta es contar que puede hacer daño a la otra persona por el simple hecho de aliviar tu conciencia, para compartir la carga, para no sentirte insincero o «falso».

Este 2017 intentemos ser más conscientes de nuestras palabras, de su repercusión, y de los destinatarios de éstas. Cambiemos de ACTITUD. Intentemos ser sinceros y no sincericidas. Tratemos de ser menos egoístas, y aprender que, a veces, el silencio es más conveniente que unas palabras mal dichas.

01 Ene

Maravillas del mundo rural

En este primer día de 2017, año nuevo que comienza con todos cargados de ilusiones, esperanzas y propósitos, quería dejaros una preciosa reflexión de nuestra compañera María.

Feliz año nuevo a todos y todas, esperamos que los siguientes 365 días estén cargados de momentos de calidad, de risas, de emociones, de salud y de mucho amor. ¡Ah! Que no se nos olvide…y de ACTITUD.

Vivir en el campo es una cuestión de actitud. De actitud positiva hacia el mundo rural con todas sus dificultades, hacia la naturaleza, hacia la vida en definitiva.

La vida en el campo no es fácil. Hay que trabajar duro en todas las estaciones. No existen vacaciones ni días libres. Pero tiene tan grandes compensaciones que resulta difícil asimilar que hoy nuestras pequeñas aldeas se estén quedando despobladas con la de atractivos que puede ofrecer la existencia en ellas.

Vivir en el campo es estar en contacto con la naturaleza permanentemente. Y en el caso de nuestra Asturias con una naturaleza privilegiada, exuberante, pródiga. Además una naturaleza en permanente cambio. No existen dos días iguales en el campo. El verde de los prados y árboles de hoy ya no es exactamente del mismo tono que era ayer, ni que, por supuesto, lo será mañana. Y no solo es cuestión de tonalidades. Son aromas, aire fresco y puro, sonidos…

Uno de los inconvenientes de muchos puestos de trabajo en nuestra sociedad industrial, o mejor dicho postindustrial, es la monotonía. La repetición desmotivadora y cansina. Esto no ocurre con el trabajo del campo ya que este es absolutamente cambiante. Cada época del año tiene sus tareas distintas. La primavera con las siembras, el verano con las recolecciones, el otoño con la recogida de frutos y el invierno, la época de menor trabajo, se aprovecha para aquellas cosas que no se pudieron hacer durante las otras épocas y también para el descanso porque el cuerpo necesita acumular energía para la primavera siguiente.

Son las aldeas de nuestra tierra lugares muy poco poblados en la actualidad pero eso no significa que la gente se sienta sola en ellas. La soledad no es un problema de número de personas que nos rodean sino de interacción o relaciones entre ellas. Y en los pueblos la gente interactúa y se relaciona. El anciano que vive solo en la aldea vive menos solo que en la ciudad porque sus vecinos siempre van a estar pendientes de él. De mirar cada día si abrió la contraventana, si la chimenea echa humo, en fin, si da señales de vida. Y si no las hay, en seguida irán a comprobar que está bien, que no necesita nada. Es impensable en un pueblo cruzarse con un vecino y no parar unos minutos a hablar. Las puertas exteriores de las casas siempre están abiertas durante el día en nuestras aldeas de manera que en repetidas ocasiones alguien se asomará a preguntar algo, a comentar algo o a que le ofrezcamos un rato de café y charla.

En el pueblo hay más espacio, más tiempo, más vida sana, mejores relaciones, más calidad en definitiva. ¿Todo es de color de rosa? ¿Existen los problemas y los inconvenientes? Es probable que sí. Si no existieran, no sería un lugar real. Pero como se trata de una cuestión de actitud y mi actitud es favorable a este mundo rural nuestro, me quedo con lo positivo. Ojalá nuestras aldeas tengan futuro, el futuro que se merecen como lugares maravillosos que son. Es mi mayor deseo.

Redactado por María Arnaldo

29 Dic

Cinco consejos sobre el pensamiento a largo plazo y alguna cosa más

Uno de los defectos que suelen afear a TEDx es que vende una filosofía posmoderna, chupiguay, líquida. Quizá el propio formato contribuya a ello; la brevedad, ya se sabe, es enemiga de los desarrollos largos y hay ideas que necesitan explicarse en más de dieciocho minutos. Sin embargo, algo en lo que sí suele insistir eso que ya empieza a conocerse como «pensamiento TEDx» es en el largo plazo, aunque curiosamente tienda a hacerlo desde una perspectiva a mi juicio errónea. La entrada de hoy, con la que vuelvo a asomarme a esta ventana de la que me despedí temporalmente en marzo, pretende remarcar este punto: la importancia del estoicismo clásico como base de la superación personal.

Pero… ¿es que estás en contra de la superación personal? -me preguntarás perplejo. Para nada, de lo que estoy en contra es de esa actitud que se resume en que con esfuerzo, todo es posible, algo que es incluso matemáticamente falso. El supuesto típico es una competición de atletismo: la San Silvestre de estos días, por ejemplo. Si concurren cien personas, por mucho que cada una de ellas se haya esforzado y por grande que sea la intensidad con que deseen su victoria, ésta solamente podrá recaer en uno de ellos. ¿Quiere decir esto que no nos esforzamos lo suficiente? No, lo que quiere decir es que, parafraseando a la Biblia, muchos son los llamados y sólo uno puede ser el elegido, el ganador.

Y éste es el punto al que quería llegar. Supongamos que los noventa y nueve participantes que no rompieron la cinta de llegada porque hubo una persona que se les adelantó, regresan a sus hogares  tristes y desolados. Aquí el «pensamiento TEDx» les dirá que no se desanimen; que si no ha sido en esta, será en otra ocasión; que hay más días que ollas, pero que si lo siguen intentando llegarán al podio. Es el abuso del final feliz del que ya nos previno Edu Riera en su excelente charla de 2015.

-Todo eso está muy bien, vale pero entonces, ¿tú qué les dirías?

Pues para resolver a esta pregunta te dejo cinco puntos que espero te sean de ayuda. Escuetos, fáciles de entender y aplicables a la mayor parte de nuestros escollos rutinarios.

  • Encuentra las distancias. Imagínate dentro de veinte años y trata de ubicar el problema que en este momento te aprieta. ¿Ha sobrevivido? Salvo los más graves, lo normal es que esos «problemillas» de hoy queden mañana solventados. Pongamos otro ejemplo. Juan suspendió Derecho Romano y por eso está muy triste. ¿Qué importancia tendrá ese problema el día de mañana en su vida? Lo más probable es que ninguna, pero también porque se supone que habrá conseguido aprobarla. En resumen, aprende a dar a cada cosa su merecida distancia, pero como te diré en el último punto de esta lsita, no te alejes demasiado; si estudias Romano, haz todo lo posible para aprobarla.
  • Sé estoico. Will Durant resumió su Historia de la Civilización con la siguiente frase: «las naciones [las sociedades] nacen estoicas y mueren epicúreas». ¿Quieres saber en qué se traduce ese estoicismo? En no dar nada por sentado, en ser capaz de encontrar el sosiego después de la calma y, desde una óptica económica, en ahorrar. Recuerda al martín pescador que construye su casa en los intervalos en que el temporal arrecia con el ánimo de proteger sus huevos. Y aunque golpee la tormenta, ha aprovechado los breves momentos de calma para prevenirse. Sé, pues, estoico como el alción y crea tu refugio para cuando vengan mal dadas, es decir, construye el sosiego con el que resguardarte de la agitación.
  • En línea con el consejo previo, añado uno nuevo: diversifica. Ya es sabido que nunca hay que poner todos los huevos en la misma cesta, de modo que, si una  se rompe, no lo pierdas todo con ella. Los buenos inversores pueden dar fe de la utilidad de este consejo. Por si no me he explicado bien, intentaré poner otro ejemplito. Toda vida se asienta en varias patas: aficiones, amigos, pareja, familia, profesión. Cuanto mayor sea el número de patas, menor será la probabilidad de que tu vida se desequilibre. Es decir, haz que tu vida sea una mesa de muchas patas y conseguirás equilibrarla para el futuro, habrás diversificado tu estabilidad.
  • Lee, pero selectivamente. Por desgracia, leer se ha convertido en un acto de emulación intelectual. Uno puede leer cualquier cosa, y gozar de prestigio porque en vez de verlo en la televisión lo aprende a partir de un libro. Pero recordemos que esto no implica nada. Desde TEDxOviedoUniversity, te lo hemos dicho más de una vez: lee de los mejores; escucha a los mejores; aprende, en suma, de los mejores. Créate tu cultura, adquiere un andamiaje intelectual sólido que te proporcione herramientas suficientes para interpretar la realidad y sobreponerte a ella.
  • No te alejes. Huir, además de ser de cobardes, nada arregla. Como te anuncié, alejarse de los problemas puede ayudarnos a darles su importancia necesaria, pero no los soluciona. Si corres la san Silvestre, intenta ganar, pero intenta también que de la victoria no dependa el resto de tu vida. Si estudias Derecho, intenta aprobar Romano a la primera. Esfuérzate para que los problemas se solucionen rápido y nada salga mal, pero así mismo piensa siempre que las cosas pueden salir de un modo muy distinto al deseado. Es la mejor manera de priorizar ámbitos de la vida y dar importancia a aquello que nos puede llenar más hondamente.

Hasta aquí la entrada de hoy. Espero que te guste y que difundas lo que te haya servido de utilidad. Nos vemos.

27 Dic

¿Actitud?

¿Qué palabra tan extraña no? Dice tanto, especifica tan poco…Si te sientas a pensar uno minutos sobre ella como hice yo, te pierdes en el entramado de tus pensamientos y corres el riesgo de cometer un “error” que pocos cometen, reflexionar.

Más que una palabra sin más, es una sensación, es una idea, es un mucho que engloba un todo. ¿Qué es la ACTITUD? ¿Cuántas actitudes hay? ¿Qué ACTITUD he de tomar? ¿Es esta la actitud adecuada?… Y así podríamos escribir miles de preguntas, muchas de ellas sin solución, muchas de ellas con respuestas subjetivas, muchas de ellas aún inexploradas. Esta última afirmación, si me estas leyendo con calma, te puede haber despertado un “¿cómo va a estar inexplorada una actitud? Si con todas las personas que hay/ha habido seguro que todo esto lo ha pensado alguien”. Pues la respuesta a esto es sí, y no, y un puede tal vez también. Vivimos en un mundo cambiante en el que lo imposible se hace realidad cada día, en el que una madre puede llegar a levantar un coche para salvar a su hijo, en el que dos situaciones difieren al menos en 2 millones de detalles, en el que nuestra actitud ante el día a día se ve sometida a difíciles pruebas que nos hacen tambalear, reforzarnos, enfurecernos o llenarnos de la motivación más grande posible. En un mundo así, ¿cuántas ideas quedan por descubrir?

Pero bueno, sin irme por las ramas que ya veo que me pierdo. La idea de este post era hablaros de la palabra ACTITUD y de por qué un grupo de jóvenes voluntarios la escogemos como slogan del TEDxOviedoUniversity.

Lo primero que te tienes que preguntar, como para muchas cosas en esta vida, para encontrar tu slogan es «¿Y dónde está el límite?». No lo hay, no existe, a la hora de pensar en una idea el único que la limita eres tú.

Lo siguiente que también nos preguntamos nosotros es, «¿Qué pretendemos con este evento?». Y la respuesta surgió al instante, estaba clara para todos. Queremos motivar, encender mentes, quemar prejuicios, ayudar a buscar esa motivación interior. Queremos reír, pensar, reflexionar, emocionarnos. Queremos aportar nuestro granito de arena, que todos aporten ese granito de arena, y con esos ellos construir…UNA CIUDAD ENTERA. ¿Quién fue el que decidió que se debía construir un castillo?¿Por qué limitarnos a construir un solo edificio cuando tenemos a nuestra disposición una infinidad de opciones?¿Por qué pararse en construir esa casa feudal cuando podemos construir una ciudad, un país, un mundo?

Bien, teníamos claro que la cosa iba sobre romper límites, sobre como cada uno tenemos una visión diferente de cada situación, sobre el poder de la mente en nuestro día a día. Pero seguíamos sin encontrar esa frase/idea que resumiese todo eso, el slogan adecuado nos estaba esquivando.

Las ideas fluían, todas diferentes, todas originales, todas muy buenas (o casi todas, no pequemos de soberbia). Pero entonces, ¿cuál escoger? Cada uno de nosotros adoptó una postura (una opinión) que defendió a capa y espada, pero a todos nos acabaron convenciendo todas las ideas. ¿Cuál era el problema? A todos nos gustaba la ACTITUD que nuestros compañeros habían tomado de cara a escoger ese slogan que debía inspirar a todos los invitados al evento. Y de repente nos dimos cuenta, estaba claro, lo que movía a una persona en su vida hacia sus objetivos, hacia sus metas, hacia sus fracasos, en definitiva lo que le hacía escoger un camino u otro era la ACTITUD. Y al ser algo tan importante, una palabra tan corta que usamos a diario y que encierra tal cantidad de sentimientos y que es fuente de inspiración para todos, la escogimos como estandarte que ondear al viento el día del esperado evento. Así podríamos dedicarle al menos un día al motor de nuestras vidas, a nuestra… ACTITUD.

22 Dic

Attitude problem?

El post anterior nos hizo ver la línea que separa la aptitud de la actitud, y la importancia de ésta última a la hora de enfrentarnos a la vida. El objetivo de esta nueva entrada es continuar recalcando este fuerte mensaje.

Hoy vengo a hablaros de un ponente TEDx, Victor Küppers, que creo que define a la perfección lo que es la actitud, nuestro lema de este año. El video que podéis ver a continuación se trata de una de sus charlas más famosas, realizada en TEDxAndorralaVella en marzo de 2015. Antes de comentar su punto de vista sobre el tema, creo que lo mejor es que le echéis un vistazo por vosotros mismos… ¡Dentro video!

Viendo este video nos percatamos de que no siempre llevamos nuestra bombilla cargada de energía. A lo largo de la vida aparecen sentimientos como el desánimo, ciertas circunstancias o experiencias turbulentas que poco a poco van haciendo que nuestra bombilla pierda luminosidad o, incluso, se funda del todo.

Sin embargo, no podemos permitirnos el lujo de quedarnos en la oscuridad. Como bien dijo Victor:

 “Las cosas son como son, no como nos gustaría que fueran. Nosotros no tenemos la baraja. Dios baraja y reparte. Y a nosotros nos caen… sí. Pero nosotros jugamos y la grandeza se demuestra jugando. Eso es lo que separa a los grandes de los mediocres. Nunca podremos hacer nada para cambiar las circunstancias. Nunca podremos devolver las cartas, nunca. Ahora, siempre, podemos elegir nuestra actitud. Esa es la última libertad que tenemos los seres humanos.”

Eso está claro, no elegimos nuestras cartas y muchas veces la mano que nos toca nos dificulta el juego o nos hace ver la partida perdida. Pero aun así, está en nosotros la decisión de cómo jugarlas. Si tirar la toalla en la primera ronda o poner el esfuerzo suficiente para seguir y ganar.

Y es aquí donde quiero hacer un guiño al lema de nuestra edición pasada, “Change from the inside”. Porque vale… puede que al principio estés alicaído, puede que incluso no veas ni una chispa de luz en tu bombilla, pero siempre llega un momento en nuestras vidas que hace que prenda. Algo que hace que esta chispa se expanda inundando todo tu ser y llegando al exterior, dándole las fuerzas necesarias para dejar el negativismo y comenzar a cambiar tu vida.

Estoy convencida de que esa chispa viene de dentro, de un cambio interno que se desea comenzar. La clave está en mirar dentro de nosotros mismos, conocernos y encontrar una ilusión o sueño que perseguir. Porque si por algo se caracteriza el ser humano, es por su perseverancia cuando tiene una meta a la que aspirar.

Ahora que estamos en unas fechas tan señaladas, propongo que te fijes en todas las luces de colores que visten tu ciudad. Y que, al admirarlas, recuerdes la palabra ACTITUD mientras te preguntas: ¿qué cambio de actitud puedo hacer para que mi bombilla brille más?

El gran descubrimiento de mi generación es que un ser humano puede alterar su vida al alterar sus actitudes” – William James

 

Redactado por Carlota Braña

20 Dic

Actitud vs Aptitud

Es curioso cómo una pequeña letra dentro de una palabra puede cambiar el significado de ésta por completo.  Cómo dos palabras casi homónimas pueden dar lugar a definiciones tan diferentes. Y sobre todo, cómo una de ellas (al menos en mi humilde opinión) tiene el poder para producir cambios enormes en las personas.

La primera de ellas es “aptitud” y, aunque supongo que todos conoceréis su definición, nunca está de más explicarla de nuevo. Aptitud es el talento o talentos que tiene una persona, sus habilidades. Sin embargo, de poco sirven éstas si no tienes la motivación suficiente para ponerlas en marcha.

Es ahí donde aparece, y si me permitís decirlo por la puerta grande, la segunda palabra: “actitud”. Ésta es el temperamento, las ganas que le ponemos a cualquier trabajo o experiencia en nuestras vidas.

En este mundo en el que vivimos se le suele dar prioridad a las aptitudes que posee una persona, y en muchas ocasiones la actitud de la que disponen suele quedar relegada a una segunda posición o incluso ser insignificante.

Pongamos el ejemplo de una entrevista de trabajo: antes de nada, miran tu currículum para saber los títulos de los que dispones, para saber en qué eres hábil, tus capacidades. Y son pocos los que se dan cuenta de que, por muchos títulos que tengas, lo primordial en un trabajo es la disposición que tengas para él.

Es como si un médico de familia que sigue día a día a sus pacientes y al cual le confían sus temores y dudas fuera rápido en sus diagnósticos pero careciera de empatía. O un empresario que tuviera másteres por grandes universidades fuera incapaz de trabajar en equipo o no pusiera interés porque simplemente está desmotivado.

Creo que aunque la aptitud es una parte importante a la hora de enfrentarse a la vida, es la actitud la que marca realmente la diferencia. Porque aunque a veces no dispongamos de habilidades innatas para algo, siempre podemos tener una actitud que nos anime a trabajar duro para conseguirlas. Y como suele decirse, el verdadero esfuerzo tiene su recompensa.

¿Y tú qué eliges?, ¿la “p” o la “c”?

Las actitudes son contagiosas. ¿Merece la pena contagiarse de la tuya? (Dennis y Wendy Mannering)

 

Redactado por Sara Arrutia

15 Dic

«Hay que ser fan de lo que hay» o lo que es para mí ACTITUD

Actitud

En unos días hará medio mes que empezamos a dar vida, de nuevo, a este blog con motivo de la nueva edición de TEDxOviedoUniversity. En aquella primera entrada, Andrea escribió un interesante resumen sobre qué es TED y TEDx, y por qué y para qué nos embarcamos en este berenjenal. Pero aún más importante, presentó el eslogan de esta nueva edición y nos dejó la siguiente pregunta en el aire.

¿Qué es ACTITUD para ti?

Los veteranos de TEDxOviedoUniversity ya sabéis lo que esto significa: ACTITUD no solo nos guiará en la selección de los ponentes y de las TEDx Talks, sino que será el pilar del evento. De alguna manera u otra acabaremos sabiendo lo que significa actitud para vosotros. Pero tranquilos, aún tenéis unos cuantos meses por delante para reflexionar. Espero que esta entrada os sirva de inspiración. Aquí os dejo un ejemplo de ACTITUD.


Se acercan las Navidades y con ellas el célebre sorteo de la lotería pero, ¿sabéis qué? Vuestras probabilidades de salir sin nada del sorteo son de un 86%. Esta cifra no me lo saco de las chistera, lo dice Miguel Córdoba Bueno, profesor de matemática aplicada en la Universidad CEU San Pablo. Al mismo tiempo, una de cada dos personas que nacen hoy en España serán diagnosticadas de cáncer. A Rosa Lombas, filósofa y rockera de 26 años nacida en Oviedo, no le tocó “el Gordo”, le tocó una leucemia.

Y aquí es donde llega a lo que me refería con ACTITIUD. ¿Cómo actuaríais vosotros en su situación? Os pongo un poco en contexto, aunque luego os invito a que leáis de inicio a fin su historia. Marzo de 2016. Rosa acude a urgencias por una pierna hinchada. Resultó ser una trombosis pero es que «el taponamiento en sí resultó ser la punta del iceberg y los avezados científicos, hurgando un poco, se percataron de que lo que tenía era un chiringuito de glóbulos blancos abierto 24/7 en la médula espinal». ACTITUD es montarte un blog dos días después del diagnóstico bajo el título “Hay que ser fan de lo que hay” y buscar los puntos positivos que, citando a Rosa de nuevo, algunos de ellos son:

  1. No hay que ir a currar.
  2. Te traen el desayuno a la cama.
  3. Drogas gratis.

A lo largo de estos diez meses, Rosa nos ha ido narrando su lucha con la leucemia, nos ha presentado a Papá Quimio, al Doctor TV, a su teta biónica high tech y a El Almirante. Nos ha revelado sus héroes contra el cáncer, su completa colección de pelucas y la suerte de encontrar un transplante. Y si todo esto fuera poco, dedicado a los amantes de la literatura más bizarra, ha ido compartiendo unas descripciones al detalle de los efectos de la quimio y demás drogas. Ya está bien de globitos y lazitos, el cáncer no es eso, el cáncer son vómitos, diarreas y mucositis. Y Rosa es ACTITUD.

Lance es uno de mis héroes contra el cáncer no por haber superado el cáncer y luego ganado siete tours, sino por haber superado el cáncer y luego haberse metido toda la caña del mundo y todas las sustancias que hicieran falta para ganar todo lo ganable, a toda costa. Pensemos que, después de la cirugía en la que le fue extirpado un testículo, al tipo le daban menos de un 40% de probabilidades de sobrevivir. Cualquier otra persona en su situación se habría dado con un canto en los dientes sólo con salir del paso, volviendo a casa con la firme promesa de no someter su cuerpo nunca más a ningún tipo de exceso. Pero Lance no. Lance salió del hospital pensando que decididamente no se había metido la caña suficiente, y fue en busca del Doctor Ferrari. Lance, eres un cachondo.

Al principio de la entrada os decía que la mitad de los nacidos tendrán cáncer a lo largo de su vida. Esta probabilidad tan poco alentadora se digiere un poco mejor si miramos las tasas de supervivencia para esta enfermedad. Cada vez más y más pacientes de cáncer se recuperan. Esto es gracias a la ACTITUD de miles de médicos (obviando al Doctor TV) e investigadores en todo el mundo. ¿Aún necesitáis más ejemplos para saber qué es actitud para vosotros?

Rosa Lombas

Por cierto, a Rosa al final sí que le tocó “el Gordo”, pero no el de los millones, el del informe del médico diciéndole que ya no tiene leucemia.

13 Dic

Tu peor enemigo

Hoy voy a tomarme la libertad de comenzar con un fragmento de uno de mis libros favoritos: Las gafas de la felicidad, de Rafael Santandreu.

Uno de los capítulos comienza con el siguiente relato:

Había una vez un estudiante que meditaba diligentemente en su celda del monasterio. Al cabo de un rato allí sentado, creyó ver una araña descendiendo delante de su misma cara y se asustó.

Pero ahí no acaba la cosa: cada día la criatura amenazadora volvía, más grande y más fea. Tan perturbado estaba, que el joven acudió a su maestro con el problema. Le explicó que planeaba hacerse con un cuchillo para matar a la araña durante la siguiente meditación. El maestro le aconsejó que no lo hiciera. En su lugar, le sugirió que siempre que meditase llevara una tiza consigo. Cuando apareciera la araña, tenía que marcar una X en su feo y peludo vientre.

El estudiante regresó a su celda. Cuando, de nuevo, apareció la araña, reprimió su impulso de atacarla y siguió las extrañas instrucciones del maestro. Cuando más tarde fue a contarle al anciano toda la experiencia, éste le dijo que se levantara la camisa: ¡en el propio vientre del muchacho, ahí estaba la X!

Tras este fragmento, Santandreu comenta cuán sorprendente es ver cómo todos los problemas emocionales – o al menos gran parte de ellos – están en nuestra mente.

“El cambio sólo se halla dentro de nosotros, en nuestra forma de pensar”

Y es que, ¿por qué, ante un mismo estímulo, dos personas pueden reaccionar de formas diametralmente opuestas? Parece una obviedad, pero la forma de pensar, de tomarse las cosas, las creencias y las costumbres adquiridas que cada persona tiene, influyen en la reacción posterior. Y el problema viene cuando esa reacción es negativa, nos agobia, nos frustra o no le vemos solución.

A veces, el día a día nos sobrepasa. El agua desborda del vaso. No pensamos más allá de ese o esos problemas que nos generan emociones negativas.

Y, cuando eso ocurre, solemos tomar una de las siguientes actitudes, totalmente opuestas:

  • Culpar al mundo exterior: nuestros padres, los profesores, nuestro hermano o hermana, nuestro amigo, nuestra pareja o ese vecino molesto son el problema. Pensamos “¿Cuál es su problema? ¿Por qué me tratan así? ¿Acaso me merezco esto?”. Nos declaramos en guerra con el mundo.
  • Culparnos a nosotros mismos: consideramos que lo que nos pasa es merecido, agachamos la cabeza y seguimos dejando que todo siga ocurriendo como habitualmente ocurre. Consideras inevitable que te pasen esas cosas, porque no te consideras merecedor de otras mejores. Nos declaramos en guerra con nosotros mismos.

Como veis, ninguna de las actitudes parece demasiado correcta. Y así nos enrolamos en una espiral de la que muchas veces nos cuesta salir, haciendo que nos estanquemos y nos olvidemos de que somos dueños de nuestras vidas y de nuestros actos.

Para mí, ese virtuoso punto medio aristotélico, está en olvidarse de culpas y asumir responsabilidades. Ante un problema, debemos tomar las riendas, y reflexionar sobre qué podemos hacer para cambiar lo que nos hace sufrir.

¿Por qué no lo pruebas? Para que se te haga más fácil las primeras veces, te dejo aquí una serie de pautas que creo te podrán servir de ayuda a la hora de comenzar a cambiar.

  • Olvídate de las culpas: ¿de qué sirve identificar al culpable? ¿Soluciona tu problema que haya un culpable?
  • Reflexiona sobre el problema: dedica unos minutos a pensar qué es exactamente lo que te hace sentir tan mal. ¿Cuáles de esas cosas puedes controlar y cuáles no? Es absurdo que nuestro bienestar dependa fundamentalmente de que otras personas cambien su actitud. Identifica qué puedes hacer tú para sentirte mejor, para tomarte las cosas mejor, para cambiar las cosas, pues sobre eso sí tienes poder.
  • Sé el primero en cambiar de actitud: no esperes a que las cosas cambien solas, o a que la otra persona cambie su actitud para sentirte mejor. Sé el que promueva el cambio.
  • Si lo de siempre no funciona, cambia de estrategia: parece obvio, ¿no? Sin embargo, continuamente nos obcecamos con hacer las cosas de una determinada manera, y nos frustramos con los resultados. No somos felices, pero no hacemos nada para cambiar la situación.
  • Sé el único dueño de tus emociones: ¡asume la responsabilidad! Sentimos en función de los pensamientos que se pasan por nuestra cabeza. En definitiva, somos dueños de lo que sentimos, por muy chocante que sea eso en ocasiones. No estoy diciendo que debamos controlar qué sentimos, sino que seamos conscientes de que sentimos en función a cómo pensamos. Al ser conscientes de ello, reflexionaremos más y posiblemente identificaremos qué pensamientos están produciendo determinadas emociones. De esta manera podremos cambiar el pensamiento, y lo que estamos sintiendo por tanto.
  • Ponte en el lugar del otro: en aquellos casos en los que el problema esté relacionado con otra persona, trata de ponerte en su lugar. Reflexiona sobre cómo puede estar sintiéndose la otra persona, sobre si tus palabras pueden estar haciéndole el mismo daño que las suyas te hacen a ti. Con empatía, solidaridad y, sobre todo, ganas, los problemas tienen más fácil solución.

Por último, recuerda: nada es absoluto. Lo que pensamos hoy puede no ser lo mismo que lo que pensamos mañana. Nadie está en posesión de la verdad absoluta. Sé consciente de lo que piensas, de tus creencias y de tus actos, y por último, de tus emociones. Conviértete en el dueño de tu vida.

11 Dic

Cambia tu mundo

Seguramente cuando eras pequeño tú también soñabas con grabar películas, cantar en grandes escenarios, viajar al espacio, luchar contra el crimen… Cuando creces, te vas dando cuenta de que no es tan sencillo como parece, que hay trabajos dedicados a unos pocos afortunados, o simplemente que tienes otras aspiraciones en la vida. Sin embargo, hay muchas personas que mantienen su sueño y lo persiguen. Pese a dedicarse a lo que siempre quiso, no creo que este sea el caso exacto de Peter Diamandis…

Peter Diamandis es un hombre que siempre quiso viajar al espacio, aunque también era consciente de lo difícil que era llegar a ser astronauta. Además, a él no le convencía la idea de dedicar su vida entera a prepararse en la NASA para ser astronauta sin que eso le asegurara poder viajar al espacio o, si lo conseguía, que fuese en tan sólo un par de ocasiones cuando se encontrase en órbita. Diamandis no entendía por qué los gobiernos tenían el monopolio de la investigación espacial, así que decidió hacer un concurso que acabase con esto.

Creó el X Prize, en el que ofrecía 10 millones de dólares a quien consiguiese hacer una nave reutilizable, que llevara a 3 personas a 100km de altitud y regresara con ellas en un plazo de dos semanas, y pudiese volver a realizar el viaje. Como os podéis imaginar, Peter Diamandis no disponía de los 10 millones de euros que prometía al ganador, y si ya fue difícil darle difusión y credibilidad a su concurso, más aún le fue conseguir esa cantidad de dinero entre patrocinadores y empresas interesadas. Por descabellado que suene, en Octubre de 2004 hubo un ganador. El grupo Mojave Aerospace Ventures logró hacer dos vuelos en los que alcanzaron los 112km de altitud con su nave Space Ship One, que ahora puede verse en el Museo del Aire y del Espacio.

Hoy en día Peter Diamandis es cofundador de la empresa SpaceAdventures, pionera en el turismo espacial. Esta empresa ha llevado al espacio a los primeros exploradores civiles espaciales del mundo y además ofrece una gran variedad de experiencias de aventura, como vuelos a gravedad cero, entrenamiento de astronautas y vuelos espaciales reales. Todas estas experiencias son muy costosas (desde cientos de miles de dólares, hasta varios millones), tanto para la empresa como para el explorador. Pero la ambición de llevar a civiles al espacio de Peter no acaba ahí, pues está convencido de abaratar este negocio hasta el punto de que un viaje espacial esté al alcance de muchas más personas.

No os quiero hacer llegar la historia de Peter Diamandis simplemente porque me resulte interesante, inspiradora y sea un claro ejemplo de tener actitud  (también es ingeniero, físico, fundador de la Singularity University, autor de bestsellers, ponente de 3 charlas TED muy reconocidas, y un largo etcétera), si no, porque aunque no de una manera convencional, ha logrado cambiar el mundo.

Cuando hablamos de cambiar el mundo lo primero que nos viene a la cabeza puede que sean cosas mucho más generales y que nos influyan más directamente a todos… ¿Pero por qué no pensar en algo más concreto? ¿No sería mucho más efectivo centrarnos en algo del mundo que nos rodea, algo que nos interese y que creamos pueda ser mejorado, e intentar cambiarlo? Si pensamos en los personajes más influyentes de la historia de la humanidad, ninguno ha cambiado el mundo entero él solo, pero todos han cambiado algo, algo de su mundo que a lo largo del tiempo nos ha repercutido en algún aspecto de la vida de todos.

Al fin y al cabo, cambiar el mundo, nuestro mundo, es más posible de lo que creemos. Y si alguna vez te lanzas a ello, te dejo unas ideas, pautas o reflexiones que  una vez le escuché a un amigo y nos pueden ayudar al cambio:

  • Desde pequeños nos han enseñado a decidir, a decantarnos por una cosa u otra, pero no siempre es necesario. No tenemos por qué tomar un solo camino, cuantas más cosas decidas hacer, más cosas podrás conseguir.
  • Tener paciencia está bien, pero siempre que la acompañes de persistencia. Esperando no llegan las cosas solas, pero intentando e intentando tarde o temprano acaba saliendo algo.
  • La opinión de un experto no siempre es la más válida. Las grandes ideas que buscan un cambio y hacen avanzar al mundo están fuera de un marco preconcebido, y una persona experta en algo no siempre es capaz de ver lo que todavía no existe, trabaja rodeado de cosas que llevan funcionando bien mucho tiempo. Por eso no poner límite a tus ideas te puede llevar lejos, pensar más allá de lo que ya conocemos, inventar nuevas soluciones.

Recuerda que la única manera de que el futuro sea como tú quieres es construyéndolo tú mismo, con ACTITUD.

08 Dic

5 claves para activar tu creatividad

Si eres una de esas personas que siempre dice que le encantaría ser creativo, tengo noticias para ti: ya lo eres. Y, mientras vivas, seguirás siendo creativo.

La razón por la que lo digo, es por que es ley de la naturaleza. Te animo a que busques en tu árbol genealógico, que preguntes a familiares y conocidos, e incluso que busques esos cuadernos de dibujo de cuando estabas en preescolar. No encontrarás más que una genealogía de creadores y artistas, mentes maravillosas llenas de creatividad, y en ella estás tú.

Sin embargo es cierto que hay algo en la sociedad que nos hace creer que tal vez no seamos tan creativos, y que son unos pocos los elegidos. También es cierto que existe una gran creencia errónea de que creativo es aquel al que le va bien en el mundo de las artes… ¡que alguien me defina el mundo de las artes! Puede que un asunto para otro día. De momento te diré una cosa: SE EQUIVOCAN. Sí, así, con mayúsculas.

Este verano leí un libro sobre creatividad, en el que la autora la considera como una gran mágica explosión que se revela en ti. Este libro me abrió los ojos a que siempre puedo seguir aprendiendo sobre mí misma y que en realidad sí soy creativa, y he podido verlo en muchas áreas de mi vida en las que ni siquiera me fijaba.

Si lees el post anterior a éste, te encontrarás una charla TED que dice que un estudio revela que una persona normal tiene alrededor de 6000 pensamientos por día. No hace falta ser un genio en matemáticas para afirmar que la probabilidad de que al menos UNO de esos pensamientos sea creativo es enorme.

Ahora me gustaría que reflexionarais sobre las siguientes cinco ideas. Ideas que, si se trabajan con ganas y predisposición, podrán activar vuestra creatividad:

  • Abre el pestillo de la ACTITUD. La actitud empieza dentro de ti, pues como ya sabemos, “Attitude changes everything” à “La actitud cambia todo”. Empieza a creer en ti mismo, a pensar y soñar con todo lo que te parezca más imposible e improbable. Como decía una de mis compañeras que escribía en el blog hace pocos días, la palabra actitud es una palabra poderosa. Y lo es. Lo que me lleva a mi segundo punto.
  • Haz las maletas llenándolas de actitud y desembarca de tu zona de comfort. Haz algo, ¡lo que sea! Canta, baila, aplica ese plan de estudio que tanto te cuesta, aprende un idioma, viaja, pon ese proyecto en marcha, acepta o deja ese trabajo… Puede que sea un poco difícil despegar, y deberás ser valiente y perseverante, pero será mucho más impresionante y sorprendente de lo que jamás hubieras podido imaginar. Una vez que el avión ha despegado, el mundo es tuyo.nug
  • Tienes una tarea que llevar a cabo, una responsabilidad contigo, con los amigos y familia que quieres, y con la sociedad. Tu tarea requiere que incluyas a la creatividad en tu equipo. Nadie más que tú conoce la tarea que tienes, sé curioso y ¡ve tras ella!
  • Únete a gente creativa. Si realmente quieres alcanzar tu máximo potencial, debes ser perseverante y rodearte de gente que te desafíe, que sea fuerte donde tú no eres tan fuerte, y que trabaje tan duro o incluso más que tú. Ya sabéis lo que dicen, somos una mezcla de las cinco personas con quienes más tiempo pasamos, así que analizad con quién pasáis más tiempo a lo largo de vuestras semanas.
  • Acepta al miedo, pero no le des lugar ni dejes que te pare. El mismo libro que antes comenté me había inspirado este verano dice así: El miedo siempre aparecerá, especialmente cuando estés tratando de ser creativo o constante. Es como si el miedo se sintiera desencadenado por tu creatividad, porque la creatividad te pide que entres en el reino de los resultados inciertos, y el miedo odia la incertidumbre.

Tu creatividad no va a descubrir el futuro, pero puedes crearlo con lo que lleves a cabo hoy, y puedes marcar la diferencia. Ningún sueño es demasiado grande. La pregunta es… ‘’¿Tienes el coraje? ¿Tienes ese valor para llevar a cabo la tarea? Los tesoros que se encuentran escondidos dentro de ti esperan que digas que sí.”

Redactado por: Tamiris Rahim

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