13 Feb

Rompe las reglas y conviértete en Kathrine Switzer

Vivimos en tiempos de culto al cuerpo, de la vida fitness y de exponer nuestra healthy lifestyle en cualquier foro o red social para demostrar que concordamos con una sociedad preocupada por unos cánones de belleza que se alejan de aquellas siete cabezas que instauraban los antiguos griegos y que tantas veces dibujé en mis clases de arte. En tiempos donde el atletismo recibe el nombre de running poco nos acordamos de personas que dieron verdadero sentido a un deporte o estilo de vida que a fin de cuentas significa libertad.

Kathrine Switzer tiene una historia rápida de contar, tan rápido como ella corre. Desde temprana edad, siendo su padre el principal motivador recorría cada tarde una milla. Al llegar a la universidad, Kathrine tenía unas metas más ambiciosas, correr una maratón. Desafiando a su entrenador demostró que 42 km no eran nada para ella y en un primer entrenamiento batió 49 km en tiempo récord. De acuerdo con el reglamento nada impedía que una mujer participase en tal prueba y así fue como consiguió un dorsal que pasaría a la historia (el 261), y que contaría con sus iniciales, hecho que no hizo despertar las sospechas de los organizadores. Kathrine inició la carrera el 19 de abril de 1967 y uno de los comisarios (Jack Semple) no daba crédito de ello y quiso tomar cartas en el asunto.

 

Para la historia, quedarán las imágenes de Semple corriendo detrás de Kathrine antes de que su novio empujara al hombre para dejarla correr, lo único que ella quería hacer. Paró el cronómetro en 4 horas y 20 minutos pero fue descalificada. Aquel fue el punto de partida de Kathrine que trabajó activamente en la igualdad de las mujeres en las carreras populares. Lo cierto, es que Kathrine nunca se conformó y su historia no acabó siendo la de la primera mujer en hacer una maratón, sino que fue un pequeño paso de una larga carrera.

Romper con lo establecido, apostar por cambiar el mundo o luchar por un sueño debe ser siempre motivo de sentirse orgulloso y ser un ejemplo. En definitiva, querer es poder, desafiar a tu entorno no es difícil si contamos con una constante que deberíamos tener siempre presente aunque de vez en cuando se nos olvide, la ACTITUD.

Redactado por Lara Iglesias

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