Hoy, Machado
Me gusta aprovechar este espacio para divulgar mis aficiones. Una de ellas es la poesía. En estos tiempos en que los libros de la universidad se atan a mí como si fueran bolas de preso, aprovecho estos pequeños descansos que me brinda TEDx para reencontrarme con ella.
Vivimos en un mundo en el que triunfa lo breve. Los pobres mortales no tenemos tiempo para grandes circunloquios y consumimos miniaturas de aficiones. Leemos tuits en lugar de artículos, cuentos en lugar de novelas o vemos un resumen de las noticias en lugar de tragarnos un telediario entero. Siendo consciente de ello, no me gusta abusar del ocio del lector. Por eso opto por escribir breve y sencillo, cosa poco habitual en mí.
Volviendo a lo que decía en el primer párrafo, hoy toca poesía. Ya dije en una entrada anterior que el cambio está ligado al movimiento. Yo hoy he traído un pequeño poema de Antonio Machado en el que se ve claramente esta conexión. Aquí os lo dejo. A poco que os esmeréis, podéis encontrar su versión musicalizada.
Todo pasa y todo queda
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
Nunca perseguí la gloria
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción.
Yo amo los mundos sutiles
ingrávidos y gentiles
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse.
Dices que nada se pierde,
y acaso dices verdad;
pero todo lo perdemos,
y todo nos perderá.
Si asumimos que lo nuestro es pasar (el cambio, el movimiento), sólo nos quedará intentarlo.