Seguramente cuando eras pequeño tú también soñabas con grabar películas, cantar en grandes escenarios, viajar al espacio, luchar contra el crimen… Cuando creces, te vas dando cuenta de que no es tan sencillo como parece, que hay trabajos dedicados a unos pocos afortunados, o simplemente que tienes otras aspiraciones en la vida. Sin embargo, hay muchas personas que mantienen su sueño y lo persiguen. Pese a dedicarse a lo que siempre quiso, no creo que este sea el caso exacto de Peter Diamandis…
Peter Diamandis es un hombre que siempre quiso viajar al espacio, aunque también era consciente de lo difícil que era llegar a ser astronauta. Además, a él no le convencía la idea de dedicar su vida entera a prepararse en la NASA para ser astronauta sin que eso le asegurara poder viajar al espacio o, si lo conseguía, que fuese en tan sólo un par de ocasiones cuando se encontrase en órbita. Diamandis no entendía por qué los gobiernos tenían el monopolio de la investigación espacial, así que decidió hacer un concurso que acabase con esto.
Creó el X Prize, en el que ofrecía 10 millones de dólares a quien consiguiese hacer una nave reutilizable, que llevara a 3 personas a 100km de altitud y regresara con ellas en un plazo de dos semanas, y pudiese volver a realizar el viaje. Como os podéis imaginar, Peter Diamandis no disponía de los 10 millones de euros que prometía al ganador, y si ya fue difícil darle difusión y credibilidad a su concurso, más aún le fue conseguir esa cantidad de dinero entre patrocinadores y empresas interesadas. Por descabellado que suene, en Octubre de 2004 hubo un ganador. El grupo Mojave Aerospace Ventures logró hacer dos vuelos en los que alcanzaron los 112km de altitud con su nave Space Ship One, que ahora puede verse en el Museo del Aire y del Espacio.
Hoy en día Peter Diamandis es cofundador de la empresa SpaceAdventures, pionera en el turismo espacial. Esta empresa ha llevado al espacio a los primeros exploradores civiles espaciales del mundo y además ofrece una gran variedad de experiencias de aventura, como vuelos a gravedad cero, entrenamiento de astronautas y vuelos espaciales reales. Todas estas experiencias son muy costosas (desde cientos de miles de dólares, hasta varios millones), tanto para la empresa como para el explorador. Pero la ambición de llevar a civiles al espacio de Peter no acaba ahí, pues está convencido de abaratar este negocio hasta el punto de que un viaje espacial esté al alcance de muchas más personas.
No os quiero hacer llegar la historia de Peter Diamandis simplemente porque me resulte interesante, inspiradora y sea un claro ejemplo de tener actitud (también es ingeniero, físico, fundador de la Singularity University, autor de bestsellers, ponente de 3 charlas TED muy reconocidas, y un largo etcétera), si no, porque aunque no de una manera convencional, ha logrado cambiar el mundo.
Cuando hablamos de cambiar el mundo lo primero que nos viene a la cabeza puede que sean cosas mucho más generales y que nos influyan más directamente a todos… ¿Pero por qué no pensar en algo más concreto? ¿No sería mucho más efectivo centrarnos en algo del mundo que nos rodea, algo que nos interese y que creamos pueda ser mejorado, e intentar cambiarlo? Si pensamos en los personajes más influyentes de la historia de la humanidad, ninguno ha cambiado el mundo entero él solo, pero todos han cambiado algo, algo de su mundo que a lo largo del tiempo nos ha repercutido en algún aspecto de la vida de todos.
Al fin y al cabo, cambiar el mundo, nuestro mundo, es más posible de lo que creemos. Y si alguna vez te lanzas a ello, te dejo unas ideas, pautas o reflexiones que una vez le escuché a un amigo y nos pueden ayudar al cambio:
- Desde pequeños nos han enseñado a decidir, a decantarnos por una cosa u otra, pero no siempre es necesario. No tenemos por qué tomar un solo camino, cuantas más cosas decidas hacer, más cosas podrás conseguir.
- Tener paciencia está bien, pero siempre que la acompañes de persistencia. Esperando no llegan las cosas solas, pero intentando e intentando tarde o temprano acaba saliendo algo.
- La opinión de un experto no siempre es la más válida. Las grandes ideas que buscan un cambio y hacen avanzar al mundo están fuera de un marco preconcebido, y una persona experta en algo no siempre es capaz de ver lo que todavía no existe, trabaja rodeado de cosas que llevan funcionando bien mucho tiempo. Por eso no poner límite a tus ideas te puede llevar lejos, pensar más allá de lo que ya conocemos, inventar nuevas soluciones.
Recuerda que la única manera de que el futuro sea como tú quieres es construyéndolo tú mismo, con ACTITUD.