08 Mar

5 claves para estudiar más en menos tiempo

Ayer os  animábamos a escuchar una TED talk donde os animábamos a leer diariamente. A su vez, en nuestro penúltimo post os dejamos un breve decálogo sobre cómo aprender con éxito. Siguiendo en esta línea, en nuestra entrada de hoy queremos regalaros 5 claves que complementan nuestros artículos anteriores.

Como la mayor parte de nuestro público está compuesto por estudiantes, creemos que nos agradecerá esta clase de consejos. Los de hoy van enfocados a esas veces en las que tenemos que estudiar un libro, un manual o una materia específica mediante la lectura de un sinfín de papers. Esperemos que os sean útiles.

Primera clave:

Antes de enfrentarte a la lectura de un libro o de cualquier otro documento, piensa por qué lo lees, por qué esperas que te sea provechoso. ¿Lees esa obra porque es la que consideras más adecuada o porque es la primera que encontraste? ¿Crees de verdad que puede aportarte la información que necesitas o la consideras un relleno para salir del paso?

Una vez hayas respondido a estas preguntas, actúa en consecuencia.

Segunda clave:

Ojea el índice, el abstract; si el título es conocido, consulta opiniones sobre su trascendencia. Esto te permitirá acotar tu búsqueda y calibrar mejor el alcance de tu actividad. Si al leer el índice (lo recomendable es que consultes tanto el general como el analítico o de materias), consideras que en ese libro no está lo que buscas, cambia. Recuerda este chiste a fin de evitar la conducta de su protagonista:

Érase una vez un hombre que caminaba por la calle de noche y encontró a un amigo bajo una farola, mirando al suelo como loco. «Qué te ocurre?», le dijo. «¡Pues que me he bajado del coche y se me han caído las llaves de casa!». «Y ¿dónde está tu coche?», le dijo el hombre, dispuesto a ayudarle. «Allí, en la esquina», dijo el amigo, señalando veinte metros hacia la calle en penumbra. «Pero entonces, ¿qué diablos haces buscando aquí las llaves?», se asombró el hombre. «¡Es que aquí es donde hay luz!».

Sin embargo, si tienes tiempo y la ocasión lo requiere, déjate sorprender. Habrá veces que no encuentres una llave, pero puedes encontrar una moneda.

Tercera clave:

Formula cinco preguntas (o las que consideres necesarias) que debes responderte durante la lectura. Lo mismo para cuando estés estudiando una asignatura. Eso sí, orienta tus preguntas hacia los puntos importantes. Un ejemplo: ¿Qué es la compraventa? Naturaleza jurídica, requisitos y efectos. ¿En qué consiste la fotosíntesis? Fases más importantes.

De este modo, focalizarás la atención de tu lectura hacia aquello que te resulte más relevante. Pero que eso tampoco te lleve a obviar lo demás. A veces, una simple anécdota puede ampliar nuestros horizontes. Recuerda que Fleming descubrió la penicilina gracias a un estornudo.

Cuarta clave:

Señala todo aquello que pueda serte útil. Márcalo, subraya, intenta concordar lo leído con conocimientos pasados. Haz que tu cerebro trabaje. De este modo, mientras lees, tu cabeza intentará relacionar los nuevos conceptos con aquellos que ya has adquirido y ello te ayudará no sólo a fijarlos sino también a ampliar tu visión sobre la materia.

Quinta clave:

Sintetiza lo útil. Nuestro sistema digestivo simplifica los alimentos hasta quedarse con los nutrientes que le interesan. Haz tú lo mismo. Elabora pequeños resúmenes sobre lo aprendido y no olvides responder a las preguntas iniciales. ¿Las has respondido correctamente? ¿Son esas las únicas respuestas válidas o existen otras alternativas? ¿Qué debo modificar en el método para hacerlo más eficaz?

Ya nos contaréis qué tal os resulta. En cuatro días nos vemos.

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